Piden a políticos no actuar como fariseos y a medios de comunicación conducirse con ética y no con arreglos de conveniencia.
El comité de ética electoral del IPEPAC hizo llegar a los medios de comunicación una carta en la que abunda en comentarios de lo que debe ser el “escenario ideal” de la campañas electorales que arrancan este domingo.yucatannoticias.com publica a continuación por su importancia la carta enviada a nuestra redacción:
Mérida, Yucatán a 13 de Marzo de 2010
C. FERNANDO JAVIER BOLIO VALES.
Consejero Presidente del IPEPAC.
Consejo General del Instituto.
PRESENTE:
Por medio de la presente, en cumplimiento del artículo 27 del Reglamento del Comité de Ética del Instituto de Procedimientos Electorales y Participación Ciudadana del Estado de Yucatán, el Comité de Ética del IPEPAC, hemos considerado pertinente presentar el siguiente comentario que expresa lo que ética y políticamente ha de ser el comportamiento de autoridades, partidos, candidatos y medios de comunicación en la inminente campaña electoral para elegir ayuntamientos y diputaciones locales en el Estado de Yucatán:
-Si nos preguntáramos cual es la razón de ser del proceso electoral y cuál ha de ser el comportamiento de los partidos políticos y de sus candidatos y demás agentes políticos, contestaríamos diciendo que:
-La única razón que explica y justifica una campaña política es presentar ante el electorado las propuestas con las que los candidatos piensan que pueden tratar y dar solución a los distintos problemas y carencias de la comunidad.
-Por tanto, las campañas deben centrarse en la difusión de dichas propuestas, mediante reuniones, juntas de trabajo, mítines y utilizando los medios de comunicación que permitan que el electorado se entere de lo que piensan y proponen los candidatos.
-En las campañas se deben realizar debates, tomando como temas las distintas propuestas de los candidatos, a efecto de que éstos analicen, apoyen y critiquen las propuestas presentadas. Los debates deberán referirse estrictamente a los temas y de ninguna manera hacer alusiones personales y mucho menos, si son ofensivas e impertinentes.
-El comportamiento, tanto de los dirigentes partidistas como de los candidatos ha de estar regido por las normas de civilidad, partiendo del principio básico y toral de toda convivencia social, que es el respeto a la persona humana. Ello implica desterrar la mentira y renunciar a la manipulación demagógica, a difamar, a utilizar fondos públicos, a corromper a los jóvenes, a olvidarse de las trampas y triquiñuelas y a aceptar con humildad la victoria y con nobleza y madurez la derrota.
-Es necesario comprender claramente y actuar en consecuencia en el sentido de que, en una campaña electoral, los candidatos no deben verse como enemigos que hay que destruir, sino como sujetos de una competencia, en la que sale adelante el más competente, pero entiéndase bien, no competente en artilugios y mañas, sino competente en la mayor preparación para formular propuestas serias y viables y para convencer a la mayoría de los electores.
-La política es una de las formas más elevadas del servicio, porque no se limita, como en otros servicios, a beneficiar a unas pocas o muchas personas sino a todos y cada una de las que integran una comunidad. La finalidad de la política es propiciar las condiciones sociales para el bienestar y el desarrollo de los miembros de la sociedad, orientando y perfilando la acción pública hacia el bien común, única razón de la existencia y el quehacer del estado y del gobierno.
-Así, pues, si los candidatos compiten para llegar al poder y éste es, esencialmente, servicio, pensamos que lo hacen muy mal aquellos partidos y candidatos que tratan de “justificar” cualquier acción con tal de ganar, aunque sea en contra de la ética y, algunas veces, en contra de la ley.
-Habrá políticos que arguyan que todo esto es una utopía, algo fuera de la realidad práctica y de la normalidad y de lo que se trata es precisamente conquistar el poder a toda costa y a cualquier precio. En ese caso, dichos “políticos” caerían en el fariseísmo y la sofística, porque en sus discursos y propaganda hablan de verdad, justicia, bondad, y respeto, pero su motivación es muy diferente a sus palabras. Dicen una cosa y hacen lo contrario y en lugar de servir, ofenden a la ciudadanía, principalmente a los más pobres, a quienes engañan y acarrean con la promesa de regalitos y de un bienestar que nunca llega.
-La democracia, la verdadera, sólo puede darse con el esfuerzo continuo y creciente para hacer de la verdad, la transparencia, el respeto y la justicia, la práctica cotidiana y normal; sólo puede darse con la participación del pueblo y para que esta participación sea efectiva, es necesario un pueblo educado, emancipado por su propio trabajo productivo de la dependencia del paternalismo; de un pueblo que por su formación cívica asista a los mítines por su propia voluntad y motivación política y no acarreados y, en algunos casos más graves, presionado y amenazado; de un pueblo que no se deslumbre por el despliegue impactante de los trucos de la mercadotecnia electoral, y con discernimiento y capacidad crítica sepa separar la paja y se fije más en la trayectoria de los candidatos y en la calidad de sus propuestas.
- Mención especial merecen los medios de comunicación. Tienen una responsabilidad muy señalada y un serio compromiso con sus lectores, radio escuchas y televidentes.
Los medios se deben utilizar para edificar, informando veraz y objetivamente en los diversos aspectos, económico, político, cultural, educativo y religioso. La información de estos medios es un servicio del bien común. La sociedad tiene derecho a una información basada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad.
Han de buscar y propiciar que las personas estén más conscientes de su dignidad, más responsables y maduras, más abiertas a los demás, en particular a los más necesitados y a los más débiles.
Tanto en el mensaje, como en la forma con que se da a conocer, se debe aplicar el principio ético fundamental: la persona y la comunidad son el fin y la medida del uso de los medios de comunicación social. El bien de las personas no se puede realizar independientemente del bien de las comunidades a las que pertenecen.
Esperamos que en las campañas políticas próximas, los medios cumplan con su compromiso ético, dejando de lado intereses ideológicos, de lucro o de arreglos de conveniencia.
-Por último, habrá “políticos” que digan que lo que hacen está de acuerdo con la ley; sin embargo, todos sabemos que se puede cumplir de manera formal con la ley (actitud legaloide) pero se olvidan del espíritu de la ley. La ley no es todo el derecho, lo que importa es la finalidad del orden jurídico, que no puede ser otro sino la realización de los bienes jurídicos: justicia, seguridad, bien común, libertad, igualdad y paz pública.
En consecuencia, creemos que es tiempo oportuno para que todos los agentes políticos, principalmente autoridades, partidos políticos y candidatos, nos preparemos para hacer de las campañas que comenzarán en breve, una verdadera celebración cívica, en la que privilegiemos la claridad de las propuestas, la calidad de los debates, el respeto, la honestidad en el obrar y la verdad en el decir y asumamos todos el compromiso de practicar las virtudes republicanas y ser fieles a la vocación democrática.
C. FERNANDO JAVIER BOLIO VALES, Consejero Presidente del IPEPAC, le agradecemos de antemano su atención a la presente y le pedimos atentamente incluya en el orden del día de su próxima sesión de Consejo un punto donde se de lectura a la presente opinión.
María de los Ángeles Matos González. Víctor Manuel Arjona Barbosa. Xicoténcatl Cámara Acevedo. Oscar Fernando Peniche y Coldwell. Carlos Fernando Pavón Durán.
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