Mexicano Centenario Silvino Zavala vallado, 101 años

Publicado por Yucatannoticias.com miércoles, 27 de enero de 2010

viejitooo Cuando, ala edad de 86 años, el historiador yucateco Silvio Zavala Vallado recibió en 1993 el Premio Príncipe de Asturias a las Ciencias Sociales llevaba ya 15 años inmerso en lo que ha descrito como el tercer tiempo de un historiador: la etapa de retiro en la que el mundo exterior le pesaba menos y, por lo tanto, había tenido el tiempo para regresar a los papeles y a los libros a una edad en que las solicitudes sociales disminuyen.

Las otras dos etapas que describió como parte de la expe­riencia de un historiador son las que corresponden al nacimiento de la vocación y formación, y el periodo en el que ya formado empiezan a encargarle funciones como ser director de esto, profesor de aquello, participante en tal proyecto, etcétera.

Ahora que Silvio Zavala está apunto de alcanzar los 101 años de edad -los cumplirá el próximo 7 de febrero, pues nació en la ciudad de Mérida en 1909- se puede agregar una cuarta etapa en la que el historiador retoma su vida personal ya libre de los compromisos impuestos por la vida social que le rodea.

Es ahora cuando don Silvio puede dedicar su tiempo a satis­facer sus gustos: leer las noticias en el periódico y fragmentos de uno de sus libros favoritos: Don Quijote de la Mancha; tomar el sol y salir a caminar al jardín cuando el clima lo permite; observar a los pajarillos que se posan frente a la ventana que está en su rincón favorito; escuchar música clásica y, por las tardes, ver el fútbol, películas mexicanas, francesas o cómicas, especialmente las de Cantinñas y las de Charles Chaplin.

Todo esto con la ayuda de María Irene Mariscal, la cuidadora que desde hace una década está siempre al lado de don Silvio. Y vaya que Silvio Zavala cumplió con lo que le tocó vivir.

Con una asombrosa vitalidad e inteligencia, ha sabido combi­nar labores académicas, directivas y diplomáticas. Es doctor en derecho y en historia. Su producción registra más de un centenar de obras y cerca de 600 publicaciones. Ha sido miem­bro destacado de instituciones como la Academia Mexicana de la Lengua, la Mexicana de Historia y El Colegio Nacional. También fue profesor emérito de El Colegio de México, del que también fue presidente. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. director del Museo Nacional de Historia.

Se desempeñó en París como delegado permanente de México en la Unesco y fue embajador mexicano en Francia. También ha sido merecedor del Premio Nacional de Letras así como de diversas medallas y preseas.

Don Silvio ha visto pasar ante sus ojos casi la totalidad del siglo XX con sus miserias y grandezas. Recibe a emeequis en su casa de siempre, la que construyó su padre, Arturo Zavala, para sus cinco hijos. Además de una bufanda, guantes y una cachucha le sirven para atajar el frío invernal. Desde el sillón, sus profundos ojos azules observan con atención todos los detalles, pues desde que fue operado de las cataratas tiene una vista envidiable que le permite localizar fácilmente a las hormigas en el jardín.

La conversación se verá interrumpida por grande pausas, en las que la mente fija un recuerdo específico.

-Su vida ha sido muy productiva...

- Eso sí, no lo puedo negar... Los que nacemos en Yucatán quedamos marcados para toda la vida.

Me encuentro aplasta por mi tierra, una tierra con características únicas.

-A usted nunca le gustó mezclar la política con la historia

-Sé que las cosas están ahí y las dejo ir, sin poder intervenir

-Y para su cumpleaños 101 ¿qué piensa hacer? ¿Aceptaría otro homenaje?

-Exacto. Es algo que no se puede remediar

-¿Vendrán sus hijos?

-Vamos a ver. Están repartidos por el mundo.

Cuando estalló la Revolución don Silvio Zavala tenía apenas año de edad. Por razones de seguridad, su padre decidió q lo mejor para la familia era salir de Yucatán, y se trasladar en barco a Nueva Orleáns, en donde permanecieron un tiempo indefinido.

De ese viaje no quedan muchos recuerdos.! Embargo, don Silvio sí recuerda que años más tarde regresa la ciudad más grande del estado de Louisiana a continuar: estudios y allí vivió una experiencia que hasta ahora permanece imborrable: lo bajaron de un tranvía por ser blanco.

Don Silvio nunca quiso escribir sus memorias ni se ha ocupado mucho por dejar un testimonio de su propia vida.

A otros tocará hacer esa tarea.

Ha sido a través de las conversación que afloran los recuerdos de experiencias que vienen al cas es entonces cuando comparte las anécdotas.

Sin lugar a dudas los varios años de trato amistoso con Alfonso Reyes deja una huella profunda en don Silvio Zavala.

Es por ello que continuamente recuerda una "caminata y comentarios" que ambos conversadores realizaron por diversas calles de la ciudad de México. Zavala quedó fascinado por "inteligentes" y "agudos" comentarios de Reyes.

El historiador Enrique Krauze ha escrito sobre Silvio Zav "Conquistador y misionero de la historia social, jurídica espiritual de la América hispana, maestro de generación ha sido un oficiante enciclopédico, severo, laborioso y lúe de la historia patria. Ha recibido muchos reconocimientos debemos uno más, del tamaño de su obra".

Por: patricia vega

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